¿Que comia la Virgen María?
San Nicolás de Tolentino (1246-1305), monje de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, ayunaba todos y cada uno de los días antes de las fiestas de la Muy santa Virgen y todos todos los sábados del año a pan y agua.
Como un día se encontraba enfadado por el hecho de que, a causa de una grave patología, sus superiores le habían obligado a romper el ayuno, la Virgen María le mostró cuánto la había conmovido su enorme devoción: Se reanimó y salteó 2 perdices asadas que le habían servido a Nicolás a lo largo de la primera comida con la que iba a romper el ayuno. De noche siguiente, Ella le obsequió algo de pan mojado en un vaso de agua y fue el antídoto que lo curó de una fiebre maligna, que ningún médico había podido sanar.
La Virgen María dedicaba muchas horas de su día a las tareas del hogar
Hace unos 2 mil años, Nazaret era un pueblo irreconocible para prácticamente todos los pobladores de la tierra. En ese instante, la Roma Imperial se encontraba resplandeciente. Había muchas ciudades prósperas a riberas del Mediterráneo. El bullicio de mercaderes y marineros anegaba muchas calles y plazas de pueblos portuarios o emporios comerciales. Nazaret, por contra, no era mucho más que un puñado de viviendas pobres clavadas en unos promontorios rocosos de la Baja Galilea. Aun en su zona, no importaba bastante. A poco mucho más de 2 horas caminando se podía llegar a la ciudad de Séforis, donde se concentraba la mayoría de la actividad comercial de la zona. Era una localidad próspera, con ricos inmuebles y cierto nivel cultural. Sus pobladores charlaban heleno y sostenían buenas relaciones con el planeta intelectual grecolatino. En cambio, en Nazaret vivían ciertas familias judías que charlaban arameo. La mayor parte de sus pobladores se dedicaban a la agricultura y la ganadería, pero no faltaban artesanos como José, que con su talento y esfuerzo prestaba un excelente servicio a sus conciudadanos realizando carpintería o herrería.
La vivienda de María era modesta, como las de sus vecinos. Tenía 2 cuartos. En el interior había una bodega que servía de granero y despensa. Tres muros de adobe o mampostería adosados a la roca en frente de este cuarto interior mantenían un entramado de ramas, madera y hojas que servían de techo y formaban el cuarto exterior de la vivienda. La luz entró por la puerta. Allí tenían ciertas herramientas de trabajo y pequeños muebles. Una gran parte de la vida familiar transcurría al aire libre, en la puerta primordial de la vivienda, quizás a la sombra de una enredadera que asistía a templar el calor del verano.
En la escuela de María, la Mujer «eucarística»
San Juan Pablo II, en su Encíclica «Ecclesia de Eucharistia» redacta: «Si deseamos conocer en su riqueza la íntima relación que une Iglesia y Eucaristía, no tenemos la posibilidad de olvidar a María, Madre y modelo de la Iglesia. De hecho, María puede guiarnos hacia este Muy santo Sacramento pues tiene una profunda relación con él.
María es una mujer «eucarística» con toda su historia. La Iglesia, tomando a María como modelo, debe imitarla asimismo en su relación con este Secreto muy santo.